Macuro (10.650º N - 61.934º O), a pocos kilómetros de la Boca del Dragón (extensión marina de 11km de ancho que separa Venezuela de la isla de Trinidad), se encuentra sobre una ensenada al lado sur-oeste de la Península de Paria, en el estado Sucre en Venezuela.
Macuro tiene la relevancia histórica de ser el primer y único sitio en donde una de las expediciones de Cristóbal Colón pisó el propio continente Americano el 5 de agosto de 1,498. Colón y sus hombres permanecieron en la zona por varios días en contacto directo con los indígenas de la etnia Kariña que vivían en la zona. Maravillado por la majestuosidad, belleza y magia del lugar, lo llamó “Tierra de Gracia”.
Macuro tiene la relevancia histórica de ser el primer y único sitio en donde una de las expediciones de Cristóbal Colón pisó el propio continente Americano el 5 de agosto de 1,498. Colón y sus hombres permanecieron en la zona por varios días en contacto directo con los indígenas de la etnia Kariña que vivían en la zona. Maravillado por la majestuosidad, belleza y magia del lugar, lo llamó “Tierra de Gracia”.
Extracto de carta de Cristóbal Colón a los Reyes Católicos de España: "En la Tierra de Gracia hallé temperancia suavísima y las tierras y árboles muy verdes y tan hermosos como en abril en la huertas de Valencia; y la gente de allí de muy linda estatura y blancos más que otros que haya visto en las Indias, e los cabellos muy largos y llanos, e gente más astuta e de mayor ingenio e no cobardes".
Se estima que en Macuro había grupos humanos desde el año 2,300 a.C. Para el año 1,498 estaba habitada por la etnia Kariña, pueblo que se extendía por casi todas las islas del mar Caribe y desde la costa Nororiental de Venezuela (Macuro-Paria) hasta la desembocadura del río Amazonas. Practicaban la pesca, la cacería y la agricultura en conucos, incluso comercializaban con otras comunidades y utilizaban algunas conchas como monedas. En su primer contacto con esta etnia, Cristóbal Colón la describió como “gente bien dispuesta, de hermosa estatura y de cabellos largos y lisos”. Dieron muestra de amistad e intercambiaron objetos con los recién llegados, pero al notar las intenciones de éstos de manejar los recursos y utilizarlos como mano de obra, se convirtieron en unos de los pueblos más aguerridos que se enfrentaron a los españoles, los genéricamente llamados Caribes.